marzo 05, 2013

La oscuridad de Humbug


No es un disco para bailar. Realmente los demás tampoco pero al menos irradiaban una vitalidad auténtica. Riffs apocalípticos por todas partes que aceleran el corazón e inyectan pura energía eran la tarjeta de presentación de un grupo que sintió la extraña necesidad de experimentar después de publicar su tercer trabajo, "Favourite Worst Nightmare". La experimentación, que no siempre resulta exitosa, sacaría adelante una sorpresa agradable y misteriosa del calibre de "Humbug".

Pese a su título, si algo no es "Humbug" es precisamente un engaño. En conjunto, forma un ente en el que conviven superficie y profundidad. En la superficie catalogaron piezas destinadas a la promoción, melodías con el ADN de Arctic Monkeys como el single Crying Lightning o, en menor medida, Pretty Visitors. Estas canciones delimitan la zona rugosa que hay que rascar para alcanzar el núcleo duro.

En el centro del núcleo se destapa Dance Little Liar. Aquí habita la oscuridad de Humbug, protegida por Fire and the Thud y The Jeweller´s Hands, que podría aspirar a mejor canción de cierre de Arctic Monkeys si no fuera por 505. Con ritmos lentos, los riffs de guitarra acompañan con acierto al estilo de Alex Turner, irreconocible frente a su versión de anteriores etapas.

Pero, ¿dónde encontraron la inspiración para conseguir una producción tan personal? En el Desierto de Mojave, California, 2008. Por aquel entonces, Turner había desarrollado un proyecto junto a Miles Kane que derivó en la creación de The Last Shadow Puppets. De esta unión surgieron canciones como The Age of the Understatement - que da nombre al álbum- o Black Plant. Básicamente esta etapa al margen de Arctic Monkeys contribuyó a dirigir a la banda de Sheffield hacia un sonido más consistente, distinto al de sus inicios pero con una base más sólida.

La solidez compositiva se instaló en sus melodías por la influencia de Miles Kane pero, al fin y al cabo, es una propiedad que caracteriza tanto a Humbug como a Suck it and see. El rasgo único y distintivo de Humbug, la oscuridad y el clima desértico que simboliza su compás, proviene de la colaboración directa de Josh Homme, letrista de Queens Of The Stone Age que aceptó al instante la oferta de participar en la nueva aventura de los británicos. Así pues, trasladó a toda la banda a su estudio en el desierto de Mojave, lugar en el que tratarían de superar el reto de trasladar el ambiente seco del desierto que vertebra el rock de Queens Of The Stone Age al sonido punk de Arctic Monkeys. Una mezcla de lo más extraña que produjo un híbrido en la trayectoria de los británicos, un álbum de transición como es Humbug.

¿Transición hacia qué dirección? Parece que adaptar el stoner rock de la banda de California fue un cambio que Alex Turner y los suyos asimilaron con comodidad: el siguiente trabajo corrigió la trayectoria de un grupo que se había desviado hacia nuevas influencias y que, cuando recuperó la consciencia, descubrió que había logrado una profundidad en su identidad difícil de alcanzar.







No hay comentarios:

Publicar un comentario